El camino recorrido por las mujeres a lo largo de la historia para conseguir la igualdad ha estado, y continúa estando, lleno de altibajos, de avances y retrocesos, marcado además por la región del mundo en la que nos encontremos. No fue hasta finales del siglo XVIII cuando la ola de mujeres que alzaron la voz para exigir sus derechos comenzó a despegar en un movimiento feminista que alcanzaría en el siglo XIX sus primeros logros visibles.  

El movimiento sufragista iniciado en el siglo XIX fue uno de los primeros hitos del movimiento feminista a nivel mundial, siendo Estados Unidos y Reino Unido los países en los que tuvo una mayor repercusión. Nueva Zelanda fue el primer país en aprobar el sufragio femenino universal en 1893, al que seguirían Australia, Finlandia o Rusia. En España, el voto femenino se aprobó en 1931, si bien este derecho desapareció tras la llegada del franquismo.  

En cuanto a la educación en nuestro país, el acceso de las mujeres a la enseñanza fue un proceso lento. En 1857 se recoge por primera vez el derecho de las niñas a una educación formal, pero hubo que esperar hasta el 8 de marzo de 1910 para que las mujeres pudieran acceder a la Enseñanza Superior en igualdad de condiciones, después de que se aprobara una real orden que autorizó “por igual la matrícula de alumnos y alumnas”. Y es que hasta esa fecha se habían llegado a matricular en la universidad 77 mujeres, y solo 36 habían conseguido licenciarse. María Elena Maseras fue la primera mujer en licenciarse en España, y lo hizo en 1872 en la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona.  

Además de la lucha por la educación, las mujeres tuvieron que librar otra batalla por el acceso al trabajo en igualdad de condiciones. Algo que no ocurrió en España hasta hace 62 años, como recoge la Ley 56/1961, de 22 de julio, sobre derechos políticos profesionales y de trabajo de la mujer. Más adelante, en 1978 la nueva Constitución recoge el derecho a la igualdad retributiva en el trabajo para hombres y mujeres. 

Una vez logrados dichos reconocimientos, se abrían otros hitos que lograr en el ámbito laboral, como poder garantizar el derecho básico de la mujer de poder mantener el puesto de trabajo tras un permiso por maternidad. Así, la Ley de Trabajo de 1980 decretó la reserva del puesto de trabajo después del permiso de maternidad. 

A pesar de todos estos avances hacia una sociedad más igualitaria, tenemos ante nosotros un largo camino por recorrer. Según datos de la ONU, se estima que el matrimonio infantil no podrá erradicarse por completo hasta el año 2030. Asimismo, la representación igualitaria a nivel global en los parlamentos podría tardar todavía 40 años más y, según datos del World Economy Forum, serán necesarios alrededor de 131 años para acabar con la brecha salarial. 

A este ritmo, las mujeres no lograrán representar el 50% de los cargos de poder y liderazgo hasta el próximo siglo, y el fin de la desigualdad de género llegará...¿sabes cuándo llegará? 

Así es, como dice Victoria, si seguimos avanzando a este ritmo, el fin de la desiguadad de género no se alcanzará hasta dentro de 285 años. Es decir, si nuestra sociedad continúa evolucionando a esta velocidad, para una niña nacida en 2023, tendrán que pasar casi tres siglos para vivir en un mundo sin riesgos asociados por ser mujer. 

Reducir estas predicciones y cambiar la situación está en nuestras manos. Hagamos todo lo posible para que esta generación sea la primera que disfrute de la igualdad de género. Acompaña a Victoria, hagámoslo realidad.   

Descubre todas nuestras iniciativas orientadas a la mujer en AXA. 

#Victoria285