Mantener unos hábitos alimenticios saludables aporta importantes beneficios para el organismo, ayudando a mejorar y a mantener nuestro bienestar físico y psíquico. Por el contrario, el consumo excesivo de grasas saturadas, azúcar o sodio, podría comprometer nuestro estado salud.

Por este motivo, si incluimos productos envasados en nuestra dieta, debemos tener en cuenta sus ingredientes y elegir aquellos que contengan una cantidad menor de componentes con bajo valor nutricional.

Para simplificar este proceso nace Nutriscore, el sistema de etiquetado frontal de alimentos que evalúa la calidad nutricional de los productos disponibles en el mercado mediante 5 colores, de oscilan entre el verde oscuro y el rojo, y las 5 primeras letras del abecedario. Las letras, junto a los colores, representan las 5 categorías en las que se clasifica el nivel calidad nutricional de los comestibles, siendo la “A” la categoría más saludable y la “E” la que se considera de ingesta menos recomendable.

Así, el propósito es que el consumidor pueda saber si un producto es equilibrado o no, tan solo mirando la etiqueta. Los productos que Nutriscore califica en las categorías más saludables (A y B) son aquellos que presentan un porcentaje más alto de proteínas, fibra y que contienen frutas, hortalizas, legumbres y cantidades controladas de frutos secos. Por otro lado, los alimentos que se penalizan son los que incluyen un mayor aporte calórico, azúcares, ácidos grasos saturados y sal.

Sin embargo, esta herramienta tiene algunas limitaciones que han generado controversia y que se deben conocer:

- No distingue las buenas grasas de las malas. Por ejemplo, el Aceite de Oliva Virgen Extra y el jamón ibérico tienen un Nutriscore D, que los califica como alimentos de mala calidad nutricional. Este juicio negativo se otorga por su alto nivel graso, a pesar de tratarse de grasas saludables, cuyo consumo en cantidades razonables es favorable y necesario para sobrevivir.

- No tiene en cuenta el grado de procesamiento de los alimentos. La Coca -Cola Zero, entre otros productos, está etiquetada con una B, clasificándola así en los alimentos con «buena calidad nutricional» únicamente por su bajo aporte calórico. Sin embargo, un nivel bajo de calorías no siempre indica que el alimento sea saludable, como ocurre con este refresco ultraprocesado.

- Sólo permite comparar alimentos dentro de una misma categoría. Esta condición impide a los consumidores tener una evaluación real de la calidad del alimento, ya que para ello necesitan comparar alimentos de categorías diferentes. Usar el Nutriscore con este fin puede llegar a originar importantes problemas de interpretación.

A pesar de estas limitaciones, Nutriscore puede ayudarnos a componer una cesta de la compra más saludable, si bien debemos ser conscientes de que hace falta valorar todos los aspectos del alimento en su conjunto . Para mejorar tu alimentación, empieza con pequeñas acciones, como incluir verduras en cada comida y elegir frutas frescas de temporada.

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